Mi estimado Inka, el destino puede ser ingrato en ocasiones. No hace más de una temporada el azar nos puso frente a frente en un duelo copero que preferiste resignar. Esta mañana, con enorme pesar, descubro que la Copa insiste en orquestar revanchas. En esta oportunidad no será la quinta ronda, sino la cuarta la que supondrá la despedida para uno de los dos. Sospecho que ahora no formarás suplentes: este choque, aun con la insalvable diferencia de salario, será para mi plantel uno de los más trascendentales de la temporada.